Psicología en el diseño de interiores: 

un espacio para la mente

El diseño de interiores es una disciplina que se encarga de intervenir un espacio, brindando una solución integral que va desde lo funcional hasta lo superficial, mejorando las cualidades del mismo.

Un diseñador de interiores debe dominar distintas herramientas; desde organizar el espacio correctamente hasta conocer los puntos básicos de una instalación eléctrica o sanitaria; debe saber que materiales son los apropiados para cada espacio, también deberá conocer las últimas tendencias en revestimiento, iluminación  y materiales nuevos, entre tantos otros aspectos que avanzan a medida que avanza la tecnología.

Sin embargo en la actualidad, el diseño trasciende a una necesidad tan compleja como lo es el bienestar para la mente humana, esto gracias a diversos estudios sobre el impacto que tiene el entorno sobre factores como la concentración, la creatividad y la relajación entre otros.

En 2003 es fundada en la ciudad de San Diego, Estados Unidos, la Academia de Neurociencias para la Arquitectura. Allí nació lo que ahora se conoce como Neuroarquitectura. Esta nueva disciplina creó, desde su inicio, una enorme expectación e interés.

Un claro ejemplo del impacto del entorno en la psique, es el efecto que ciertos colores tienen sobre el estado de ánimo de las personas o su concentración. Incluso existe toda una metodología sobre el uso de los colores y sus funciones, misma que es muy recurrente en la mercadotecnia para propiciar el consumismo.

En oficinas  se recomienda pintar el espacio laboral de azul, ya que está asociado a la productividad, concentración y relajación.

El mejor color para decorar el cuarto de una casa es el verde, debido a que favorece la relajación y da un sentimiento bienestar; aspectos esenciales para conciliar un buen sueño.

Para el comedor el amarillo es perfecto ya que incrementa el metabolismo, le agrega brillo al lugar, y también propicia un ambiente enérgico, por lo que también puede ser usado en áreas para ejercitarse o donde se lleven a cabo actividades físicas.

Los tonos morados claro (como tonos lavanda) sirven para calmar los nervios, lo que facilita la relajación por lo que es recomendable para cuartos de estar (cuarto de la televisión o sala)

Se ha descubierto también en un estudio hecho por la Universidad Estatal de Oregón (UEO) en Estados Unidos, que factores como un espacio bien distribuido, la personalización de espacios, el uso de fotografías familiares en las paredes, el direccionamiento de los muebles e incluso sus formas, contribuyen con la sensación de bienestar en cierto espacio.

Los muebles con acabados redondeados, según la UEO, resultan más agradables a la percepción favoreciendo un ambiente relajado y agradable, esto debido a que al hecho de que inconscientemente asociamos las formas afiladas con el peligro, cuando las personas se exponen a muebles u objetos de formas puntiagudas, se produce una activación de la amígdala, relacionada con el miedo y el procesamiento de la activación emocional.

En el año 2007 Meyers-Levy, un profesor de la Universidad de Minnesota, descubre que la altura de los techos afecta el pensamiento de las personas. Esto gracias a un experimento en el que se demostró que los techos altos favorecen la creatividad y la imaginación, mientras que los techos bajos hacen que las personas sean más detallistas, analíticas y prefieran una perspectiva más concreta; por lo cual este tipo de construcción sería ideal para las salas de cirugía mientras que los techos altos serían idóneos para los estudios de arte donde se debe desbordar la creatividad.

Lo cierto es que al diseñar un espacio es conveniente tener en cuenta algunos aspectos de la Psicología que hacen los espacios más atractivos y beneficiosos al ser, implementando el autoconocimiento para el espacio en el que vivimos, trabajamos y nos desarrollamos. Despues de todo la finalidad principal del interiorismo es diseñar un espacio que se adapte a las necesidades de las personas y que mejor que la psicología para abordar el tema.

Tips relacionados a la psicología en interiorismo.

Las escalas de grises y el blanco hacen que una casa sea muy impersonal, razón por la cual se prefieren los tonos pasteles, que brindan una agradable sensación de intimidad y de relajación.

Solemos detestar los espacios atiborrados porque nos brindan la sensación de falta de libertad; por ello es preferible ahorrar en muebles y ornamentos u optar por aquellos que ocupen menos espacio o que por su color, brinden la sensación de amplitud.

Los espacios personalizados son preferibles a los espacios impersonales, por ello, las fotos familiares o los souvenirs de los viajes son detalles que hacen a las personas sentirse más cómodas.

Los muebles del salón donde se reciben las visitas y se platica nunca deben estar dispuestos totalmente volteados hacia el televisor porque esto cohíbe la comunicación. Al contrario, se ha demostrado que colocar los muebles en forma de L propicia la conversación.

Utiliza colores diversos para cada habitación según el uso que le vayas a dar a la misma. De esta forma, cada sitio propiciará una sensación diversa en relación con la actividad principal que se realiza en la misma. En este sentido, recuerda que los colores brillantes promueven la energía y la actividad mental mientras que los colores suaves facilitan la relajación.